Pascuas y Justicias

La Manta y La Raya # 8 / septiembre 2018 ___________________________________________________________________________


 

Grupo San Juan de Dios Pajapan, Pajapan, Ver.

Grupo Comején, Comején, , Ver.

Grupo San Fernando, San Fernando, San Pedro Soteapan, Ver.

Grupo Cultivadores del Son, San Andrés Tuxtla, Ver.

Grupo Los Campechanos, Santiago Tuxtla, Ver.

Grupo Barrio de Guadalupe, Comoapan, San Andrés Tuxtla, Ver.

CONACULTA

Ediciones del Programa de Desarrollo Cultural del Sotavento 


En la mitología actual de los pueblos indios del sur de Veracruz, el final del tiempo sin tiempo de los dioses y sus mitos y el comienzo de la cuenta humana de los días fue anunciado por el nacimiento del sol. Este astro, asociado también al niño dios del maíz “Sintiopiltsin”, al despuntar en el firmamento dio origen a la actual familia de hombres y mujeres que pueblan la tierra, luego que las primeras generaciones de seres humanos terminarán convertidos en monos y en pescados. De igual manera, la llegada al mundo del Mesías católico Jesucristo, nacido del vientre inmaculado de María esposa de José, presupone en dicha religión la idea de una purificación del mundo, la redención de los pecados humanos y el inicio de una nueva era para la humanidad. Producto de reinterpretaciones y permanentes negociaciones culturales, el antiguo dios solar fue asociado -incluso ocultado- a la representación cristiana de Jesús el Nazareno, tal como lo muestran las leyendas, mitos y rituales que hoy se escuchan en el sureste veracruzano; quedando ligadas estas deidades mediante el personaje que con su canto anunció a los hombres el nacimiento de Cristo y del sol… el gallo. 

Según Alfredo López Austin, por esa misma razón, la primera luz creadora aparece también en los relatos del nacimiento de Cristo o al momento de su elevación al cielo después de su crucifixión, donde según cuentan algunos mitos, ya estando en la cruz, el señor Jesucristo envió un papel a la Virgen que se convirtió en gallo blanco y con su canto mató a todos los judíos. Finalmente la asociación de la figura cristiana con el dios solar queda más o menos clara por el hecho que la conmemoración de la navidad coincide con la celebración del solsticio de invierno, además que en muchos lugares de nuestro país uno de los nombres con que se conoce al Dios-Hijo de la tradición católica es el de Cristo sol; y muy probablemente por las mismas razones que hemos venido argumentando es que en la iconografía cristiana ideada con fines de evangelización Jesús Nazareno tiene los cabellos tan amarillos como los rayos del sol. Así la figura solar, Cristo y el gallo son metáforas de un mismo tema: el inicio de una era de bien, de justicia y de esperanza, tal como lo sugiere una de las Justicias que se incluyen en este disco: 

 Bueno el gallo que cantó 
dando aviso al mundo entero 
que había nacido el cordero 
diciendo Cristo nació 


Si este de alegría cantó 
por los hombres que sería 
al ver que al mundo venía 
Jesucristo al mundo pues 
por eso digo que es 
noche de mucha ....alegría.  

Aún cuando en el mundo mestizo estos motivos no sean del todo visibles, lo cierto es que en la tradición de las pascuas y justicias que se cantan por el mes de diciembre en el sur de Veracruz aún se conserva parte de ese sentido de renovación cósmica, re-ordenamiento del mundo y encuentro con lo sagrado que se reactualiza año con año en estos territorios de fandangos y aparecidos. 

Estos son los motivos que a partir del 16 de diciembre hasta el 24 del mismo mes se cantan en las Pascuas y Justicias a lo largo y ancho del Sotavento veracruzano. Es la tradición de la “saca de la rama” o “la casita” cuando de casa en casa salen chicos y grandes con la esperanza de recibir de parte de los vecinos, amigos y familiares un buen aguinaldo a cambio de dar las buenas nuevas del nacimiento del niño Dios. 

La costumbre dice, que es en la noche cuando los jaraneros y espontáneos se reúnen para dar las Pascuas por las calles de la comunidad, el barrio o la colonia acompañados en algunos casos, de ramas de árboles, que por lo común las mujeres se encargan de adornar. Las ramas se adornan con serpentinas, farolitos, globos, pascle, serpentinas, esferas o incluso frutas de temporada, mientras que enotros lugares los más chamacos suelen sacar “la casita” o “portalito” que representa al pesebre donde nació el niño Dios. 

Las Pascuas que se cantan en la saca de la rama son versos hexasílabos del tipo a-b-a-b bajo el formato de pregón y coro haciendo referencia preferentemente al nacimiento de Jesucristo, aunque también como se muestra en este disco se pueden incluir temas sobre su muerte y crucifixión. En algunos lugares como Pajapan al término de las Pascuas se acostumbra declarar las Justicias que son décimas octosílabas, también llamadas “espinelas” que refieren a algunos pasajes de la vida de Jesús y que quizás deban su nombre al hecho de que su tema central refiere a aquel Mesías que trajo luz y justicia al mundo. Al término de las Justicias algunos jaraneros como los de Comején acostumbran interpretar una fuga, que no es otra cosa sino algún son jarocho que se toca para despedirse de la casa en donde la rama fue bien recibida –rememorando quizás la vieja usanza de combinar el canto a lo divino con la música de diversión y fandango. 

Estas tres modalidades de Pascuas, Justicias y Fuga, para nada son la regla en el territorio sotaventino pues cada región acostumbra interpretar o bien solo los cantos de la rama, a ésta acompañada de las Justicias pero sin tocar la fuga, o las tres partes juntas como sí lo hacen en otras localidades. Es precisamente esta variedad al momento de interpretar las Pascuas en el sur de Veracruz lo que este disco pretende mostrar. 

Cada uno de los músicos que participan en este disco comparte el hecho de que ninguno de ellos se dedica de manera profesional a la música. Combinan las labores del campo, las do estudiante, profesor, criador de animales, promotor cultural, empleado y carpintero con el gusto por el son jarocho y la fiesta del fandango. 

Jaraneros de San Fernando, Comoapan, Santiago Tuxtla, Comején, San Andrés Tuxtla y Pajapan son los que a lo largo de este disco nos dan una muestra de la riqueza y variedad de estilos, estructuras y fraseos que para interpretar las pascuas y justicias coexisten en el sur de Veracruz. Casos interesantes son los de Don Gabriel Hernández Pérez quien además de incluir su güiro en la dotación instrumental muestra su peculiar estilo de recitar las Justicias, además de compartir con nosotros una versión del Chalom, que se canta en la saca del viejo de fin de año. Otro ejemplo de riqueza musical la da el versador Tirso López quien hace algunos años estuviese a punto de perder la vida, pero que gracias a los buenos oficios de la Virgencita de Guadalupe –como él mismo comenta– lo podemos apreciar en este disco regalándonos una versión “chusca” de las Justicias, misma que remata con una fuga de El Zapateado que él mismo canta al temple de los versadores antiguos. 

Se incluyen también a los grupos de San Fernando y de Pajapan hablantes respectivos de popoluca y nahua, quienes conservan un sentido más ritual de Las Pascuas pues la incluyen dentro del repertorio de música religiosa que se toca en la casa de Dios, a la que distinguen de la música de huapango, interpretada con instrumentos distintos de los usados para la música sacra. La familia Campechano de Santiago Tuxtla interpreta el son de El Piojo muy tocado en Los Tuxtlas, además de una versión distintiva de las Pascuas por la peculiar forma de rasguear la jarana. Los integrantes de “Los Campechano” representan uno de los mejores ejemplos de cómo la tradición se transmite de padres a hijos enriqueciendo de manera permanente a la cultura sonora. Por último, el grupo quizá mas consolidado de los que aparecen en esta grabación es el de Los Cultivadores de Son, originarios de San Andrés Tuxtla, quienes impulsados por el entusiasmo de Andrés Moreno se han encargado durante años de preservar y difundir muchas de las usanzas antiguas que hasta hace algunos años se escuchaban en los fandangos tuxtecos.

Lejos de concluir el trabajo con la edición de este disco, el desafío que se presenta a todos los que participamos del movimiento jaranero (y sus diferentes formas de expresión) es el de cómo asegurar a nivel colectivo que buena parte de los estilos, temples e instrumentación que ahora podemos escuchar no desaparezcan a la muerte de sus actuales intérpretes. 

Grabar a un determinado número de músicos y producir un disco compacto no es suficiente para asegurar la continuidad y enriquecimiento de la cultura del fandango. Se requiere de muchos más esfuerzos conjuntos –comunitarios e institucionales– para crear condiciones favorables para que la costumbre del fandango siga desarrollándose lo mismo en la pequeña ranchería, en el pueblo o en la gran ciudad. 

El objetivo que impulsó el desarrollo de este proyecto fue el de compartir con toda la gente, pero especialmente a las nuevas generaciones de jaraneros, la extensa variedad que todavía hoy posee el son jarocho en las distintas micro-regiones fandangueras. Las tendencias a crear estereotipos musicales, a eliminar la extensa variedad sonera en pos de conseguir una mayor profesionalización del son jarocho, así como la proliferación de discursos que suponen a ciertos estilos más tradicionales que otros tendrían que ser repensados; pues como este disco muestra, tan sólo en el sur de Veracruz hay tantas formas para interpretar las Pascuas que bien valdría la pena volver a ejercitar una cultura de la escucha y de respeto a lo otro que tanta falta hace en estos tiempos.

Vaya pues mi más sincera felicitación a cada uno de los músicos, bailadores y bailadoras, versadores y lauderos que con su trabajo diario siguen empeñados en que la añeja tradición de los fandangos de tarima no desaparezca. Pero sobre todo vaya este disco dedicado a los jaraneros que a pesar de los malos augurios y tiempos de crisis continúan saliendo año con año a partir del 16 de diciembre para anunciar a sus semejantes el portento del advenimiento del niño Dios: 

Ya vienen las Pascuas / ya vienen llegando / 
por eso nosotros / alegres cantamos. 

Alvaro Alcántara López 

                                                                                                 


Revista # 8 en formato PDF (v.8.1.3):

 

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